Coderch siempre
hablaba que la distribución ideal de una vivienda era la que permitía acceder
desde el vestíbulo a la zona de día, a la zona de servicios (entendiendo por
servicios, la cocina, el lavadero y dormitorio de servicio) y a la zona de
noche, al tiempo que mantenían comunicadas la cocina con el comedor-salón y
éste con los dormitorios, así como los dormitorios con la cocina, sin cruzarse
ninguna de las circulaciones entre sí.
El arquitecto dispone
unas lamas de Llambi en PVC, fijas pero orientables que permiten recrear, en un
lenguaje contemporáneo, las antiguas tribunas, miradores y galerías... y que se
completan con las correderas que cierran los 4 dormitorios principales,
situados en las cuatro esquinas del bloque.
El material elegido en este caso por el estudio de arquitectura fue la celosía PPVC-150.